PREÁMBULO.
Para
la realización del presente trabajo hemos visionado la película Blade Runner del director Ridley
Scott (1982) -en sus diferentes versiones- y una película de 1998 saludada por
gran parte de la crítica como la primera
película de ciencia-ficción del cine argentino: La Sonámbula, Recuerdos del Futuro del
director Fernando Spiner.
Partimos de un acercamiento al movimiento,
estética posmoderna. En las últimas décadas
del siglo XX, se criticaron las ideas centrales de la filosofía moderna
ilustrada de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Entre esas ideas estaban
la forma de concebir al ser humano, la ciencia, el arte y la historia. Estas
críticas fueron llamadas posmodernas. La palabra posmodernidad tiene varios
significados según esté referida a la estética, la socio-historia, la política
o la filosofía. El posmodernismo comienza con las vanguardias artísticas del
siglo XX, como el dadaísmo y el surrealismo, que cuestionaban los principios clásicos del arte. En el
posmodernismo el creador abandona aparentemente la búsqueda de la unidad de la
obra de arte, juega con los fragmentos, combina los diferentes textos y
yuxtapone estilos. En vez de existir un centro único en la obra, hay pastiche,
recombinación cultural. La belleza, desprovista de su poder crítico, queda
reducida a la decoración de la realidad; la “alta cultura” y la “cultura
popular” se fusionan. Desde 1960, el posmodernismo se impone como un nuevo
estilo o multitud de estilos, y como una nueva sensibilidad – de la que
participan en mayor o menor grado- las películas que vamos a analizar.
PROBAS RELANTEADOS
Proseguimos
con la definición de distopía llamada
también antiutopía, es una utopía perversa
donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal.
El término fue acuñado como antónimo
de utopía y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia (frecuentemente
emplazada en el futuro cercano) donde las consecuencias de la manipulación y el
adoctrinamiento masivo —generalmente a cargo de un Estado autoritario o
totalitario— llevan al control absoluto, condicionamiento o exterminio de sus
miembros bajo una fachada de benevolencia.
Las
distopías guardan mucha relación con la época y el contexto socio-político en
que se conciben.
El
cine de ciencia-ficción centrado en estas distopías puede ser visto como una
critica, denuncia o advertencia, frente al caos, violencia, segregación,
degradación ambiental, debilitamiento del espacio público, etc.
Obras de ciencia ficción mas recientes, ambientadas en un futuro
cercano son etiquetadas como ciberpunk en
el concepto pesimista del "no futuro" y "Alta tecnología y bajo
nivel de vida" , que utilizan un ambiente distópico en que el mundo se
encuentra dominado por las grandes transnacionales tecnológicas y financieras y
los gobiernos se vuelven cada vez más irrelevantes o se especializan en vigilar
o militarizar la sociedad, o en el caso del biopunk, el abusar de las manipulaciones y alteraciones
genéticas o el impacto que tiene la contaminación sobre los organismos y las
mutaciones originadas. Estas tendencias influyeron en el arte mediático
incluyendo la estética y la música.
Pasamos
a realizar el estudio de algunas distopías que confluyen en ambas películas.
Miedos que por otro lado
Muchos soñamos con el futuro. Un futuro
esperanzador. Que las diferencias sociales, el racismo, la escasez, el hambre,
desaparezcan. Que hallemos otras formas de vida inteligentes. Que todo se nos
facilite apretando un botón.... Pero.. si no resulta así ?
SINOPSIS/
FICHA TÉCNICA.
A) Blade Runner.
La
película basada, lejanamente, en la
novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los
androides con ovejas eléctricas?
(1968). Se ha convertido en un clásico de la ciencia ficción y precursora del
género cyberpunk. Obtuvo dos nominaciones a los Óscar.
En
un futuro no muy lejano los hombres han alcanzado el conocimiento necesario
para fabricar androides idénticos a los humanos en casi todo. Estos replicantes se utilizan como esclavos
en las tareas más difíciles de las colonias estelares, y no se les permite
vivir más de unos años determinados para evitar la rebelión de los mismos.
Pues
bien, a pesar de todo unos cuantos se rebelan porque quieren vivir sus propias
vidas en libertad ,
porque no quieren que alguien les determine su edad como una fecha de
caducidad, porque tienen sentimientos que no saben controlar y porque quieren ser humanos. A un antiguo Blade Runner, Deckard, se la encarga la misión de "retirar" a esos replicantes
"enemigos". Durante todo el tiempo que tarda en acabar con
ellos su vida y visión de la realidad da un giro completo, ya que comienza una
relación con una replicante, Rachel ,
y porque... ¿quién le dice que él no es también un replicante?
Director:
Ridley Scott / Intérpretes: Harrison Ford, Sean Young, Rutger Hauer, Edward
James Olmos... / Banda Sonora Original: Vangelis / Producida por: Michael
Deeley / Año de producción: 1982 / Título original: Blade Runner / Basada en la
novela: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick
B)
La Sonámbula.
Corre
el año 2010 en Argentina, es el bicentenario de la Revolución de Mayo. Durante
ese año, las autoridades realizan pruebas experimentales con una nueva
sustancia química y ocurre un accidente por el cual cientos de miles de
personas pierden la memoria y con ella su identidad.
Título
original: La Sonámbula. Recuerdos del
futuro/ Año : 1998/ Duración: 107 min./ País: Argentina/ Director: Fernando Spiner/
Guión: Ricardo Piglia y Fernando Spiner/ Dirección de Fotografía: José Luis
García./ Dirección de Arte: Vera Español./Producción Ejecutiva: Rolo Azpeitía./Actúan:
Sofía Viruboff, Eusebio Poncela, Patricio Contreras, Lorenzo Quinteros, Norman
Briski, Alejandro Urdapilleta, etc.
LA DISTOPÍA URBANA FUTURISTA.
En ambas películas vemos desarrollada una visión
posmoderna de la ciudad que nada tiene ver con aquella visión de tradicional de
la ciudad como espacio de libertad y de transgresión. que ya parte con
bastantes reflejos visuales, sobre todo
en La Sonámbula , de la obra magistral de Metrópolis de Fritz Lang (1927).
A diferencia de las utopías, las distopías aluden a ciudades
específicas y momentos puntuales (Los Ángeles, 2019; Buenos Aires 2010), con
claras referencias históricas (pirámides aztecas y mayas, alminares, zigurats),
proyectando en un escenario futuro los temores del presente en torno a la
ciudad moderna, en términos culturales, políticos y sociales, pero además, en
términos urbanísticos y espaciales resaltando algunos de sus elementos icónicos:
proliferación de industria pesada, publicidad exacerbada, crecimiento urbano
incontrolado e ilimitado , etc.
Blade Runner transcurre
en una versión distópica de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU., durante el mes de
noviembre de 2019. Acompañada por la excelente música de Vangelis que ayuda a crear
esa atmósfera opresiva de la ciudad de los Ángeles ( música con componentes
electrónicos, sintetizadores, música árabe, etc). Sólo con fijarnos en las
primeras imágenes de la película vemos torres que lanzan llamas, ojo en la
ciudad, escenas de calle multicultural, punks, Hare Krishnas, etc. Sensación
de caos y desorden arquitectónico: calles laberínticas donde se
presupone que las clases bajas viven a ras del suelo mientras que las clases
superiores que continúan en la ciudad como Tyrell, en el curso alto de
rascacielos. Daños ambientales y contaminación : no hay diferenciación
entre noche y día, siempre está oscuro y lloviendo. Falta de otros seres vivos:
los animales son replicantes (el búho de Tyrell, la serpiente de Zhora, ), no
hay árboles, etc.
Como
fondo constante la publicidad como techo ya del consumismo atroz: carteles del
tamaño de edificios “Geisha”, dirigibles publicitarios, que recuerda al centro
de Tokio.
La
ciudad escenificada en La Sonámbula es un Buenos Aires ausente en blanco y negro , se nos
presenta a través de distintos indicios (edificios, calles, personajes) transcurre
la historia. La música de la película oscila entre lo
eletrónico y tecno-industrial. Nos
interesa sobre todo ver la manera en la que ésta es presentada, y no tanto la
construcción de ese más allá de la muralla. En el interior de este
enclave amurallado conviven, por un lado, una arquitectura monumental y
racionalista, destinada a la función pública: la amplitud intimidatoria, el
gigantismo de los edificios, todo eso rodeado de autopistas y rascacielos que
franquean verticalmente el espacio aéreo. Esta es la ciudad que se nos muestra
en los recorridos automovilísticos que realizan los personajes o en las vistas
que apreciamos desde algunas de las ventanas del Centro de Investigaciones. Es
una ciudad que tiene ecos de la Metrópolis (1927) de Fritz Lang.
Es la ciudad que los personajes recorren a pie, con espacios
oscuros y graffitis que desafían la autoridad pública y en cuyas paredes se
puede leer, por ejemplo, “Gauna nos Espera”. En esta construcción dual del
espacio se presentan signos de una Buenos Aires familiar al espectador:
subterráneos, el Abasto, el Correo Central, Puerto Madero, entre otros, pero
que aparecen como extraños insertos en el contexto de esa ciudad post-apocalíptica.
En la segunda parte de la película se observa la oposición campo-ciudad: “La ciudad
representa aquí es la suma de todos los males”. Es un ámbito represivo y
totalitario. El campo va a ser el espacio de la liberación.
LA DISTOPÍA HUMANA.
El
film La Sonámbula. Recuerdos del futuro (1998), ópera prima de Fernando
Spiner, sitúa su historia en el año del Bicentenario de la ciudad de Buenos
Aires. La película empieza con la imagen de una mujer que duerme,
progresivamente la cámara se va alejando de ella, de su habitación, de su casa,
del pueblo, de la estación de tren, hasta que por un fundido a negro, las vías
se convierten en movimiento y luces, y con una música (que oscila entre lo
electrónico y lo tecno-industrial) y que acompaña el incresendo en el
ritmo narrativo propuesto por la imágenes, la pantalla pasa de color a blanco y
negro, y nos muestra un hombre mayor que invita a una mujer, la misma que en un
primer momento aparecía durmiendo, a entrar a una Iglesia.
La
Sonámbula toma como disparador de su narración un accidente. Una explosión
química en un centro de investigación provocó la amnesia incurable de una parte
de la población, y por ello el Ministerio de Control Social, órgano de vigilancia
del Estado, y encargado de restituir la memoria y los vínculos familiares de
los afectados, “caza” a estas personas marcadas por su amnesia y por un
mancha en la piel que los identifica, y los conduce al Centro de
Investigaciones Psicológicas donde distintas terapéuticas están destinadas a su
reinserción en la sociedad.
A
este Centro llevan a Eva Rey, la protagonista del film, una mujer que a pesar
de ser una de las afectadas es capaz de recordar diversos momentos de su
pasado y además de anticipar imágenes de su futuro. En sus sueños aparecen la
voz y la imagen de Gauna, enemigo del Estado y líder de la resistencia, que
busca revelarse contra las terapéuticas estatales.
“Notable
experiencia la de vivir con miedo; eso es la esclavitud” (anteúltimas palabras
de Roy Batty, humanoide de la serie Nexus 6, modelo de combate).
Por
acumulación, Blade Runner es tal vez la más extraordinaria película distópica
jamás realizada. El comienzo es ya el final: la música de Vangelis impacta con
sus tonos mortuorios y ominosos, como para que no quede ninguna duda sobre el
tipo de mundo que estamos conociendo.. En fin, ya sabemos quiénes son los malos
y cuál es el contexto sistémico del film: la Religión del Capital y del
Mercado.
Prácticamente
todos los miedos distópicos contemporáneos convergen en Blade Runner: la
polución industrial, el cambio climático, el crecimiento demográfico, el dilema
planteado por la inteligencia artificial, la inmigración asiática masiva, el
cocoliche postmoderno de modas y tendencias, el control social por medio de
psicofármacos (recuérdese la propaganda recurrente, en enormes globos
voladores, en la que mujeres de aspecto oriental se llevan pastillas a la
boca), la fragmentación del cuerpo social (es notable la escena en la que el
detective Deckard, antes de asesinar [retirar] por la espalda a la humanoide
Zora, atraviesa muchedumbres caóticas entre las que circula un grupo de Hare
Krishnas). La perfecta pesadilla humana ya fue inventada en 1982; se llama
Blade Runner y sólo nos falta sentir el olor a vómito en los callejones, en
donde pandillas de enanos (!) saquean vehículos ultramodernos bajo la lluvia.
El tono de policial negro por el que se deslizan los personajes no hace sino
acentuar su carácter de perdedores de todo tipo, marginales no ya de un sistema
sino de varios: urbano, político, social, intelectual. Algún crítico liviano
calificó la película como apologética del consumo. Uno se pregunta qué les pasa
a ciertos críticos.
Blade
Runner se pregunta, y nos pregunta, qué nos hace seres humanos. No ofrece
respuestas, y es muy bueno que así sea (estamos hartos de las películas en las
que los hombres “tienen sentimientos” en relación con las máquinas; ¿no
tuvieron nunca un perro estos cineastas cuando niños?). Pero además, el director
Ridley Scott se encarga de explicarnos, a través de múltiples recursos, que
abomina de este futuro. Scott parece emerger detrás de cada fotograma
exclamando a los gritos: “Esto está mal! Esto está muy feo!” El tono de censura
moral al futuro planteado por Blade Runner se expresa de múltiples maneras: en
la iluminación opresiva de casi todos los interiores, en la amalgama de objetos
en cada habitación, en el desesperanzado amor de Deckard hacia Rachel, en la
tristeza con que aquél retira (asesina serialmente) a cada uno de los
humanoides, en las incertidumbres que plantea la distinción misma entre hombres
y humanoides. Escuchamos el blues más desgarrador de la historia musical del
cine en el preciso instante en que Deckard, después de haber sido molido a
golpes por un humanoide, se duerme; esto es, abandona la conciencia. Por
último, y a pesar de la infame última escena impuesta por la industria, hacia
los tramos finales de la película comenzamos a sospechar de la humanidad de
Deckard: él, también, podría ser un humanoide. ¿Y qué?
Nos
vamos con la imagen de Deckard derramando una gota de sangre en su vaso de
tictac, con sus ojos de miedo, sus ojos de esclavo de la ficción distópica en
la que tiene que actuar de ser humano. Forma y fondo, un blues conmueve la
pocilga futurista en la que vive. “I’ve seen things you people wouldn’t
believe…,” murmura Roy desde las sombras. El futuro, amigos, es la muerte, el
fin de la conciencia; el futuro siempre será peor.
Por
su parte, Blade Runner (Ridley Scott, 1982) imagina los excesos de las grandes corporaciones
libradas a su antojo, tanto para la fabricación de robots concientes por sí
mismos como para la regulación genética de las personas, otorgándole al hombre
un espacio común, inerme y solo en la sociedad. Blade Runner toca gran parte de
los temas contemporáneos: la polución industrial, el cambio climático, el
crecimiento demográfico, el dilema planteado por la inteligencia artificial, la
inmigración asiática masiva, las modas y tendencias postmodernas, el control
por medio de los psicofármacos y la fragmentación del cuerpo social. El
ambiente por el que se deslizan los personajes realza la situación marginal de
los mismos, producto no solamente de un sistema político, sino también del
sistema urbano, social e intelectual.
La película describe un futuro en el que seres
fabricados a través de la ingeniería genética, a los que se denomina
replicantes, son empleados en trabajos peligrosos y como esclavos en las
«colonias exteriores» de la Tierra. Estos replicantes, fabricados por Tyrell
Corporation para ser «más humanos que los humanos» -especialmente los modelos
Nexus-6- se asemejan físicamente a los humanos (aunque tienen una mayor
agilidad y fuerza física) pero carecen de la misma respuesta emocional y de
empatía. Los replicantes fueron declarados ilegales en el planeta Tierra tras
un sangriento motín. Un cuerpo especial de la policía “los blade runners” se
encarga de rastrear y matar (o "retirar" en términos de la propia
película) a los replicantes fugitivos que se encuentran en la Tierra. Con un
grupo de replicantes particularmente brutal y hábil suelto en Los Ángeles, un
dubitativo Deckard es invocado desde su semirretiro para que use algo de
"la vieja magia blade runner".
LA
CIUDAD
La
hipótesis inicial es que existen tres maneras en las cuales aparece la ciudad
en el cine de CF argentino. La primera es la representación de una ciudad
imaginaria que se corresponde con configuraciones pertenecientes al verosímil
de género, y tras la cual no se vislumbra la ciudad en tanto realidad
inmediata, sino como convención discursiva. La segunda es la que, recuperando
índices de la ciudad contemporánea, se vale de ellos para desplegar a través de
figuras retóricas la proyección de una ciudad construida. Y la tercera, que en su
concepción visual parecería no diferir de la ciudad actual, pero que, por
efecto de la narración que sobre ella se hace se transforma en una ciudad
imaginaria ante la percepción del espectador. 2
La
hipótesis es que existen tres maneras en las cuales aparece la ciudad en el
cine de CF argentino. La primera es la representación de una ciudad imaginaria
que se corresponde con configuraciones pertenecientes al verosímil de género, y
tras la cual no se vislumbra la ciudad en tanto realidad inmediata, sino como
convención genérica. La segunda es la que, recuperando índices de la ciudad
contemporánea, se vale de ellos para desplegar a través de figuras retóricas la
proyección de una ciudad construida. Y la tercera, que en su concepción visual
parecería no diferir de la ciudad actual pero que, por efecto de la narración
que sobre ella se hace, se transforma en una ciudad imaginaria ante la
percepción del espectador.
El
género CF se ha caracterizado por ser poco aprehensible teóricamente. Pablo
Capanna sostiene que, de todas las caracterizaciones que han intentado dar
cuenta de este tipo de textos, las más precisas no son aquellas que lo vinculan
con una ilusión tecnocrática o con el planteo de hipótesis futuras sino con
“una cierta actitud metódica y cierta lógica consecuente, de corte científico,
para tratar aún las hipótesis más descabelladas o agotar las posibilidades
implícitas en una situación dada” 3. El género no se caracterizaría tanto por
la “cientificidad de los temas”, sino por una estructura narrativa que prioriza
un abordaje lógico-racional de los acontecimientos.
A
lo dicho por Capanna agregamos que no sólo el abordaje lógico-racional distingue
a estos films, sino también la elevación de la ciencia a una condición mítica
que sostiene el funcionamiento del género y opera como gran aparato
explicativo4.Los especialistas españoles Joan Bassa y Ramón Freixas consideran
que la ciencia posee un componente mítico a nivel social, que la CF recoge para
sus poéticas; en tanto en la vida cotidiana la relación con los artefactos no
necesita ser mediada por un aparato explicativo, ésta sirve de coartada a la
fantasía ya que abre la posibilidad de generar una 4
5
El verosímil de género entendido según Metz como “lo que se parece a lo
verdadero sin serlo” Metz, Christian (1970): “El decir y lo dicho en el cine:
¿Hacia la decadencia de un cierto verosímil?” en Lo verosímil, Pub. de
Ciencias Sociales dirigida por Eliseo Verón. Colección Comunicaciones, Buenos
Aires, Editorial Tiempo contemporáneo.
6
Cfr. Capanna, Pablo (1966)
7
Cfr. “Distopías Vernáculas. El cine de ciencia ficción en la Argentina” en
More, María José y Wolkowicz, Paula (2007): Cines al Margen. Nuevos modos de
representación en el cine argentino contemporáneo, Buenos Aires, Libraria
Editores.
causalidad
sin remitirse a sus últimas explicaciones. La ciencia otorgará verosimilitud5 a
los planteos de la CF, generando una “mitología construida racionalmente” que
intenta brindar un medio poético para reflexionar sobre el medio urbano
técnico6.
Según
Andrea Cuarterolo7 es Invasión (1969) la primera película argentina de
CF que logra constituir un lenguaje propio dentro de la producción
cinematográfica nacional. La construcción de un espacio que conjuga lo familiar
con lo ajeno para producir un efecto de extrañamiento; la relación con la rica
tradición argentina de la literatura fantástica; y, la referencia al contexto
sociopolítico son citados por Cuarterolo como factores introducidos por primera
vez en Invasión y que, con diversos matices, serían retomados en las
producciones vernáculas que la sucedieron. En este trabajo nos centraremos en
el primero de los aspectos: la forma de representación del espacio y,
específicamente, del espacio urbano.
L_A_
_S_O_N_ÁM_B_U_L_A_ _O LA POSIBILIDAD DE UNA
ARQUITECTURA ONÍRICA
Así
como el accidente a nivel humano generó a los afectados, cuyo trastorno
principal es la amnesia, a nivel ecológico, transformó el escenario
convirtiendo a la ciudad en un anclaje amurallado, siendo imposible salir de
ella sin pasar estrictos controles fronterizos. El paisaje del más allá de
la ciudad muestra como las catástrofes ambientales (inundaciones, sequías y
restantes accidentes provocados por el hombre y la técnica) abandonaron a su
suerte los parajes aledaños, presentando un paisaje llano, sólo interrumpido
por las ruinas y por las huellas de aquello que una vez estuvo (hoteles, rutas
y autopistas).
Mapas
traídos también de otro tiempo acompañan el recorrido de los protagonistas en
la segunda parte del film, en el que la película parecería convertirse en un road
movie futurista.”13, el campo, por su parte, a la manera de lo que ocurría
en Nineteen Eighty-Four ó 1984, film basado en la novela de
Orwell, es el espacio idílico de liberación.
Nuestro
análisis hace hincapié en la ciudad. Paralelamente, otra ciudad nos es
presentada.
La
Sonámbula desde el nombre mismo del film se muestra como la imagen de una
posibilidad de coexistencia de dos mundos paralelos. El mundo vivido y el mundo
soñado, que conviven en la figura de Eva y en su posibilidad de soñar con
los ojos abiertos. Uno de los mecanismos que caracterizan la construcción
retórica de este film es la condensación. La condensación es por un lado rasgo
específico de la construcción semántica de la metáfora y, por el otro, proceso
característico de la arquitectura onírica. En la ambivalencia de los dos
universos que habilita este mecanismo trabaja retóricamente el film de Spiner.
La
centralidad que adquiere el proceso de condensación en la construcción de la
puesta en escena fílmica se deja entrever en la utilización de diversos
recursos. Por un lado, vemos como conviven en esa Buenos Aires amurallada del
Bicentenario dos ciudades: la ciudad de altos rascacielos y autopistas que
surcan el espacio aéreo, que puede entenderse como una cita a otras ciudades
construidas por el género; y, por el otro, la ciudad que transitan a pie los
personajes y en la que aparecen signos dispersos, como restos diurnos, de la
ciudad actual.
Dice
Gazzar, en uno de los momentos de mayor tensión dramática del film, como
corroborando la impresión del espectador de estar habitando un espacio
construido en un sueño: “¿Nadie puede entenderlo? ¿Soy el único capaz de ver un
poco más allá de las apariencias? (...) ¡Si ella sale, si logra encontrar la
puerta de salida, es...el fin! ¡El fin de todo...el fin del mundo! ¡El fin del
mundo! (se ríe enloquecido) No es una explosión nuclear, ni un meteorito que
choca con la tierra, ni nada de eso...el fin del mundo es una mujer que se
despierta!”. Producto de procesos de condensación y desplazamiento la ciudad
presentada en La Sonambula tiene una fisonomía asimilable a una
arquitectura onírica.
Proceso
similar al que realizará Kluge al despertar sobre las vías de la estación de
tren y reconocer en el trayecto a la casa de Eva distintos espacios y
personajes que correspondían a ese otro escenario de ensueño en el que la
historia venía trascurriendo, el espectador va descubriendo diseminados en la
superficie de ese pueblo elementos que le son familiares y reconocibles: un
hotel, un personaje de la historia que pasa en bicicleta, se presentan como
restos diurnos identificables.
Condensación
como operación central en la construcción del escenario posapocalíptico y
onírico en el que trascurre la historia, pero también como operación base de la
metáfora que sustenta el film: el rol político clave de la tensión entre
memoria y olvido. Signos identificables en una superficie extrañada.
INTRODUCCIÓN
A LA EXPERIENCIA DE UNA BUENOS AIRES DESPLAZADA.
Estos
dos films tienen como denominador común la construcción de una ciudad que, si
bien se encuentra desplazada temporalmente, se asienta sobre la cartografía de
una Buenos Aires reconocible. Ambas generan en el espectador un doble
movimiento de extrañeza y reconocimiento en relación a los espacios que en
ellas se transitan. Un hecho extraordinario ha ocurrido en un escenario
conocido, el espectador debe aceptar la lógica propuesta por el film, su
explicación sobre los acontecimientos y dejarse conducir en el relato. La
relación de continuidad entre las formas urbanas presentadas por estas
películas y la ciudad usada como referente, una Buenos Aires que aparece
reconocible al espectador, es clave en la construcción de un verosímil de
género alternativo que busca distanciarse de las edificaciones monumentales y
del uso extendido de efectos especiales dentro del género.
ALGUNOS
APUNTES A MODO DE CONCLUSIÓN
A
lo largo de estos análisis la ciudad se ha revelado como un escenario cuya
identidad visual se construye y deconstruye sobre la base de las tres
estrategias: la identificación –aunque sea parcial- con un referente; la
constitución respetuosa de ciertos cánones de género; y, el modelo híbrido,
aquel en el que se recuperan índices de la ciudad contemporánea, para proyectar
sobre ellos una ciudad construida.
Sostiene
Elena Oliveras apoyándose en Derrida, Kristeva y Lacan, que la metáfora tiene
un doble valor identificatorio y topológico: “la eficacia de la
metáfora consistiría, precisamente, en mantener en perfecto equilibrio la ilusión
de la identificación y la realidad de la separación”. Así entendido,
el proceso de construcción metafórico de la ciudad, característico de los films
analizados en nuestro corpus, sería uno de los aspectos claves para poder
incluirlos como pertenecientes al género de CF.
Estudiar
la manera en la cual la ciudad aparece representada en el cine de CF argentino
es preguntarnos sobre la conformación de poéticas urbanas, pero también es
indagar en los elementos que aparecen el en texto fílmico y que habilitan
lecturas sobre la construcción de subjetividades. Estos discursos en la
proyección de sus escenarios generan territorios visuales inéditos, y expanden
sobre sus cartografías imaginarias la posibilidad de imaginar otros mundos, y
en diálogo con estos, otros sujetos.
Los
films analizados presentan dos tipos de ciudades: por un lado la ciudad de La
Sonámbula que son urbes totalitarias y opresivas en su constitución Estos
espacios dan pie a la conformación de subjetividades heroicas distintas como
punto de fuga a estas realidades, a la vez que trazan un esbozo sobre los
ciudadanos que las habitan. BIBLIOGRAFÍA
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